involuntarias
En las últimas décadas, esta
Facultad de Derecho se ha caracterizado por llevar la vanguardia de la
ampliación y creación de los derechos de las minorías. Este atributo ha sido
aplaudido a nivel nacional, internacional, ha atraído estudiantes, académicos,
periodistas, en fin. Nosotros, como periódico Al Derecho, celebramos esta
cualidad. Nos enorgullece saber que hemos abogado a contra marea por respetar
los derechos de las mujeres, de los homosexuales, de los indígenas, de los afro
descendientes, y demás grupos minoritarios y tradicionalmente excluidos del
país. Somos partícipes activos y entusiasmados de sus discursos y de su rol
activo tanto en el ámbito académico como en el social. También hemos sido
reconocidos nacionalmente como una Facultad que imparte muy buenas bases en el
derecho corporativo, financiero y bursátil. No es un secreto que una de las
áreas que sea más asociada con nuestra Facultad es la de derecho privado. Esto
se nota en los créditos que tienen las clases de esta área, la oferta de
materias facultativas, el enfoque predominante en la solución de casos y la
exigencia académica en ellas, los eventos que se realizan, el número de
especializaciones y maestrías. Nos parece excelente. El área de Penal también ha
tenido un desarrollo interesante, con profesores de altísimo nivel, oferta de facultativas,
eventos, y grupos de estudiantes que encuentran aquí su pasión. Pero nosotros
no sólo somos estudiantes de derecho de las minorías, o de derecho privado, o
penal. También somos estudiantes de derecho laboral, administrativo, procesal,
tributario, internacional. Y esto parece que lo ha dejado un poco de lado la
Facultad. Y al dejar de lado el resto de estos temas, ha olvidado también a
aquellos estudiantes que sienten pasión por estas materias que o han perdido dedicación
por parte de la Facultad o que siempre han estado en un segundo, quizá tercer o
cuarto plano. No vemos el mismo número de facultativas en estas áreas, ni la
misma exigencia en sus clases, más bien pocos eventos y poca publicidad sobre
ellas. En el tema de derechos de las minorías y derecho constitucional,
nuestros profesores y directivos, y nosotros mismos como estudiantes, pasamos
por alto el hecho de que no todo el mundo quiere dedicar su vida a esta
materia. Y es que esto no es un tema de falta de respeto, ni de admiración. Es
un tema de exclusión a partir de un intento de inclusión de grupos
desprotegidos sistemática e históricamente. Nuestra Facultad, al querer
defender a las minorías ha excluido a aquellos estudiantes con aspiraciones
diferentes. Y es que esta lucha no sólo está presente en discusiones de clase.
Nuestra mayoría de trabajos, durante los primeros semestres, generalmente giran
en torno a los mismos temas. Y esto, aunque puede interesar a muchos,
desincentiva y frustra a otra cantidad de estudiantes. Hay quienes tienen la
ilusión de entrar a esta Facultad a estudiar derecho porque tienen ganas de
empezar a ver los fundamentos del derecho privado ‘puro y duro’. Aplican,
pasan, entran, estudian y de pronto, después de ver varias clases en el ciclo
introductorio se dan cuenta que su Facultad tiene un enfoque más alternativo. Al
llegar al ciclo básico, estos estudiantes se dan cuenta de que el enfoque
cambia, especialmente en obligaciones, los contratos, los bienes. Pero ¿qué
pasa también con esas porciones de nuestro cuerpo estudiantil que sienten
entusiasmo y fervor por otras áreas de derecho tildadas por muchos de
aburridas? ¿Qué pasa con quienes ven en el derecho laboral, procesal o
administrativo su razón de ser y existir? Creemos que estas aspiraciones son
igual de válidas que las demás, y que por tanto, nuestra Facultad debería
esforzarse más por desarrollar. Nuestra Facultad, tanto estudiantes como
docentes, debe buscar la excelencia en todo el Derecho. Debemos hacerlo pues el
interés de cada estudiante debe tener el mismo compromiso por parte de la
Facultad. No dejemos que los aspirantes a abogados que tengan un interés
diferente, por más tradicional que sea, sean excluidos de esta alma mater
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