14 días de Macondo sugerente
Filbo llevó a cabo su 28ª Feria del Libro y junto a los visitantes recreó a Macondo, para mantener el espíritu y la cultura vivos.
Por: Eleonora Penagos, erecho. estudiante de 7° semestre de D
Una estructura de vario
s metros de alto, construida con largas vigas de madera agrupadas de manera vertical y horizontal, formaba una entrada que separaba al mundo real del legendario Macondo de García Marques. Un pueblo que nació en el imaginario de miles de personas alrededor del mundo en 1967, con la publicación de Cien años de soledad.
Este lugar mágico fue el país invitado en el Centro Internacional de Negocios y Exposiciones de Bogotá, CORFERIAS, en la habitual Feria del Libro que se llevó a cabo este año del 21 de Abril al 4 de Mayo. Un mito convertido en realidad gracias a la colaboración de un equipo de profesionales del Ministerio de Cultura, la Cámara del Libro, Idartes y varios artistas, quienes idearon y personificaron un Macondo “sugerente” para que los lectores y visitantes de la Feria pudieran experimentar la leyenda de manera sensorial, sin dejar de lado sus emociones propias.
Se dividió el pabellón en varios espacios que representaban lugares característicos del pueblo. Al inicio se encontraba un mural con el mapa de Macondo a gran escala, en el centro estaba ubicada “La Gallera” donde se llevaron a cabo interesantes debates intelectuales que tuvieron como tema principal al escritor Gabriel García Márquez. A los alrededores una sección mostraba los inventos y tecnologías que habían traído los gitanos, inmigrantes e incluso aquellos que habían hecho los mismos habitantes del pueblo de Macondo. Otra sección tenía unas campanas sonoras donde se mezclaban los ruidos de la naturaleza, con los relatos de Macondo y todas las emociones que allí se viven. Amplios corredores llenos de luces, olores, paisajes y sonidos conectaban un área con la otra, despertando la sensibilidad de los visitantes para evitar una visión única y concluyente del pueblo épico.
Esto, porque si bien Macondo tiene una historia precisa, una geografía bien detallada y delimitada, unas costumbres ricas en creencias y leyendas propias, también es un mundo autónomo que para muchos existe como pueblo en alguna parte de la región atlántica. Como lo afirmó el Comité curatorial Macondo de Filbo “este microcosmos representa la historia de Colombia y de América Latina (,) para muchos colombianos la palabra Macondo tiene resonancias y significaciones profundas. Es, como la obra de García Márquez, algo que sentimos que nos pertenece, familiar y entrañable. Macondo es, al fin y al cabo, el espejo de feria donde nos vemos reflejados como sociedad, con nuestras virtudes y defectos hiperbolizados por la desmesura propia de lo real maravilloso.”
Es por esta razón que de Macondo no puede haber una sola idea. El artista colombiano Andrés Burbano quiso probar esta sospecha y en el pabellón cuarto de la Feria creó una instalación interactiva: “Imaginando Macondo”, para que los visitantes de la 28ª edición de la Feria enviaran imágenes y fotografías de lo que para cada uno puede representar un lugar o un elemento bien significativo de Macondo. Así, Burbano construyó con las imágenes recibidas un Macondo vivo, que es real en la cotidianidad de los colombianos.
Consecuentemente la Feria, que todos los años acoge a más visitantes del país y los alrededores, no solo cumple con la promoción de la lectura a través de la cultura. Brinda además espacios creativos que dan paso a experiencias únicas para que los lectores puedan tener otro tipo de acercamiento, más íntimo y emotivo, que les permita romper la distancias que aparentemente existe entre la realidad literaria y la realidad cotidiana; mientras se eterniza, como en Macondo, la cultura (del realismo mágico) y el espíritu de uno de los más grandes autores colombianos de nuestros tiempos.
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